miércoles, 17 de septiembre de 2008

Y mendigando, mendigando,

fuese el maikel donde la damita
y le dijo:
damita, puedes leerme?
escucharme?
mirarme?
tocarme?
culiarme?
quererme?
arreglarme?
y no dejarme?.

-

Y mendigando, mendigando,
fuese el maikel donde la mujerota
y le dijo:
mujerota, puedes leerme?
escucharme?
mirarme?
tocarme?
culiarme?
quererme?
arreglarme?
y no dejarme?.

-

Y mendigando, mendigando,
fuese el maikel donde la niñita
y le dijo:
niñita, puedes leerme?
escucharme?
mirarme?
tocarme?
culiarme?
quererme?
arreglarme?
y no dejarme?.

-

Y mendigando, mendigando,
fuese el maikel donde la sicologuita
y le dijo:
sicologuita, puedes leerme?
escucharme?
mirarme?
tocarme?
culiarme?
quererme?
arreglarme?
y no dejarme?.

Y, entonces, la sicologuita sacó de su estante un papelito,
sacó luego un lapicito,
y derivó al pequeño maikel al siquiatra.


basado en el cuento infantil “La Tenca Y La Nieve” de Blanca Santa Cruz Ossa

5 comentarios:

sandra dijo...

ja!

---

perdón.. ya sé que no es gracioso pa ti.. pero lo escribes gracioso :P

yo te puedo leer, escuchar y querer.. pero nada más...
cha na naaaa

besos!!

sandra dijo...

ah sí!

mirarte*
(se me olvidó)

Andrei dijo...

y por que extrañas?
a mi me recuerdas a claudito bertoni

CT dijo...

Pero cuesta encontrar, a veces, creo... ajajaja.

Anónimo dijo...

puedo... te escuhco en el silencio
te miro mientras te leo
tocarte algún día quiero
mmmm mejor tú a mí (pues no tengo pa' hacer eso)
puta que te quiero
y arreglarte ???? pa' que si así te quiero....