Traje aceitunas,
uvas rubias,
tu retrato sin cáscara
que llevo en mi mano para peinarme con él;
hojas secas, hojas varias,
varias sombras que se quejan,
de que te han seguío que se quejan;
soles que se mueven y que te bailan,
vasos de cola al alba,
un libro del arte de cómo mirarte,
y otro libro que es una copia
de tus más largos dedajes.
Traje todo eso y más sigo trayendo,
hasta el hoyo de mi flexit,
donde llego cada vez más frágil.
Lo traído se colgó de mi hombro
como mil chorros de tu risa,
que mojan mi pelo insecablemente
justo antes que me duela.
Y no debo dormire
sin pintarte en el cielo
como la reina de los insomnes
purpurada tu cara, te reciben de bronce.
Yo me pintaré la cara,
por si acaso un día
nos despertamos a tempo,
despué e llorar como alarma
y apagarnos
con la mente
nuestras manos.
Este es nuestro tempo: ak - ta!
y nuestro asiento en él ta!
ríete muto, segura menor,
y escucha el suelo,
hay alguien que nos empuja
como queriendo que choquemos.
1 comentario:
muy enrredao
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