domingo, 7 de septiembre de 2008

Él está allá afuera espiándome

Me sigue y no se va, y se queda.
Yo traté de perderlo, pero no hubo caso.
El caso es que esperaré a que amanezca dos veces y caminaré por sobre la reja de clavos.
Me tomaré del árbol y me subiré a la copa que refleje la luz de un son.
Lanzaré una piedra justo en la casa de'n frente como un gato que mea, y él no podrá alcanzarme menos abrazarme.
Los tacos suenan, no los usaré.
La micro es mala, es llena, n'importa.
Tanto día habrá pasado y él aun ahí, el muy enfermo.

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