jueves, 18 de diciembre de 2008

un cuarto para las nueve

se rompen re fuerte los fierros del tren que viene soplando
la izquierda y la derecha
cada gentes debe tragarse las copas árboles
que son derrames al
pasó de todo esa tarde colores naranja celeste tirado del blanco
nos atamos en nuestros brazos cuerdas cáñamo
y caímos tan brazos que llenamos el espacio entre losdos durmientes
(hubiésemos dormido túyo si no pasara un tren por encima)
y el máquina dijera: “son las nueve, solan sueve.. yhace quinceq uee st ánaquíiiiiii fuifffffffff”
“schfrstk, schfrstk” dijo el pequeño hombre que es un ruido.

yo atoré mi risa a tus extrañas cejas
y yo fui el que chupó tus chuchadas.
yo también puse alfabedarios en cuadritos de cartón arena
(yo) sí fui el que recibió de rodillas con las manos el color de tu pelo cuando te duchaste una ducha rápida.
yo cada vez que te miro me miro entero
desde niño hasta ahora viejo,
te veo con tu varita zumbándome ala oreja,
con tu varita estrella haciéndoles zancadillas a esas malas perras.

¡Oh!

por qué no estás aquí?
ahora?
haciéndome un cuarto
para las cuatro.

No hay comentarios: